Raíces y pelos radiculares

Las raíces son una de las partes más importantes de la planta para absorber nutrientes y agua. Para ciertos cultivadores son tan importantes que antes de regar siempre comprueban el sistema radicular.

Por Pieter Klaassen CANNA Research

El cimiento

Las plantas necesitan raíces para mantenerse derechas y no ser derribadas por el viento. El sistema radicular sirve, además, para absorber agua y nutrientes.

Este sistema continuará aumentando en volumen mientras la totalidad de la planta, incluyendo las hojas, también siga creciendo. Cuando se alcance cierto equilibrio, la planta simplemente conservará su volumen y dejará de crecer, pero, incluso en este estado de equilibrio, las raíces seguirán creciendo aunque una parte de ellas morirá. Para comprender esto mejor, debemos dividir el sistema radicular en varias partes.

El sistema radicular

Raíces y pelos radiculares

Tal y como hemos descrito arriba, el sistema radicular sólo aumentará en volumen si el resto de la planta también sigue creciendo. La transpiración de las hojas, sin embargo, también puede estimular el crecimiento de las raíces para bombear el agua necesaria. Finalmente, se crea un equilibrio entre las raíces y la planta.

Como regla general, se puede decir que el sistema radicular debe comprender el 30% del volumen total de la planta. A pesar de que esta regla puede aplicarse consistentemente a plantas de exterior, para cultivos en substrato no sirve; las plantas grandes en maceta pueden seguir creciendo siempre que se les administre suficiente agua y nutrientes, y se evite que la maceta esté demasiado seca o mojada. Para reducir el riesgo de que esto ocurra aconsejamos utilizar un medio de cultivo suficientemente grande (>200 L CANNA Terra/m2).

En hidrocultura se necesitan menos raíces para hacer crecer una planta grande, esto se debe al hecho de que cada pelo radicular puede absorber más agua y nutrientes. Esta es una de las razones por las que la hidrocultura tiene el potencial de generar mayor rendimiento.

Pelos radiculares

Raíces y pelos radiculares
Ápice radicular y sección transversal del ápice radicular

Los pelos radiculares son las partes de la raíz en la que se absorbe la mayor parte de nutrientes y agua. El ápice radicular produce diariamente nuevas células y, por consiguiente, también pelos radiculares. Si la planta carece de agua y/o nutrientes, asignará una mayor cantidad de asimilados (energía de fotosíntesis) a la producción de más cantidad de células en la cofia, lo cual también generará más pelos radiculares, hasta que la raíz transporte lo que la planta necesita (más agua o nutrientes). Los pelos radiculares más viejos morirán.

En la práctica, a medida que el medio se seque, las raíces buscarán más agua y producirán más células y, consecuentemente, más pelos radiculares. La capacidad de absorción aumentará porque se producen más pelos radiculares, pero los pelos radiculares más jóvenes entrarán en la tierra más ‘húmeda’. ¡La planta absorberá agua y a veces otras cosas! Por este motivo se aconseja, generalmente, mantener el medio más bien seco: al regar, algunos de los pelos radiculares se vuelen superfluos. Para reducir la pérdida de energía (energía de disimilación), los pelos radiculares más viejos morirán.

Si se riega la planta demasiado morirán todos los pelos radiculares, de hecho, las raíces se ahogarán y hará falta al menos tres días para que la punta de la raíz produzca suficientes células nuevas con nuevos pelos radiculares. La degeneración de pelos radiculares también se produce después de cambiar las plantas de maceta o moverlas violentamente.  Si este es el caso, hay que se cauteloso los tres primeros días con el control climático y prestar especial atención al riego: no hay que regar demasiado, pero tampoco dejar que la planta se seque demasiado.

La raíz

A diferencia de los pelos radiculares, las raíces sí son visibles para las personas. Las células radiculares, esta vez sin pelos, se estiran para permitir la propulsión de la parte más joven de la raíz hacia arriba. Las células exteriores de la raíz se suberizan (forman una superficie dura, como la corteza de un árbol) y, a consecuencia de ello, sólo servirán como tubo para transportar el agua y los nutrientes absorbidos hacia el tallo y el resto de la planta.

Las plantas en la fase vegetativa aumentarán en peso, tanto encima como debajo del suelo. Incluso en la primera etapa de la fase generativa aumentará la superficie de las hojas y un clima activo hará que las raíces aumenten en volumen. Finalmente se alcanzará un equilibrio. Este equilibrio óptimo normalmente se produce al transcurrir un 50% a 70% del periodo de floración (por ejemplo, la semana seis de un ciclo de crecimiento de diez semanas).

En cultivos de diferentes sustratos la planta puede absorber diariamente de cinco a seis litros de agua/m2, pero en hidroculturas puede absorber más agua con menos cofias (¡pero no menor cantidad de pelos radiculares!).

Ápices radiculares

El ápice radicular se encuentra en el extremo de cada raíz y consiste en una cofia y una zona de crecimiento. La cofia es muy dura y protege la zona de crecimiento, de hecho, es tan dura que si la cofia tiene suficiente energía puede incluso agrietar y atravesar el asfalto.

En la zona de crecimiento detrás de la cofia se crean nuevas células, aquí se producen, además, la mayoría de las hormonas más importantes. Estas nuevas células hacen que las raíces sigan creciendo por el medio. Las raíces no sólo se alargan porque se crean nuevas células, sino también porque las células existentes se estiran. Las primeras células contienen, además, unas extensiones laterales denominadas pelos radiculares.

Maximizando el potencial: La importancia de usar extractores en el cultivo indoor de cannabis

En los últimos años, el cultivo indoor de cannabis se ha vuelto cada vez más popular entre los aficionados y los cultivadores comerciales. Esta técnica permite un control preciso del entorno de crecimiento, lo que resulta en cosechas de alta calidad y consistentes durante todo el año. Sin embargo, para lograr un éxito óptimo en el cultivo indoor, es crucial comprender y utilizar los elementos clave que influyen en el crecimiento de las plantas. Uno de estos elementos es el extractor de aire. En este artículo, exploraremos la importancia de utilizar extractores en el cultivo indoor de cannabis y cómo pueden maximizar el potencial de tus plantas.

  • Control del clima y eliminación de olores: Uno de los aspectos más importantes del cultivo indoor de cannabis es mantener un clima adecuado para el crecimiento saludable de las plantas. Los extractores de aire desempeñan un papel fundamental en esta tarea al proporcionar una ventilación adecuada. Al extraer el aire viciado y caliente del espacio de cultivo, los extractores permiten el ingreso de aire fresco y regulan la temperatura, la humedad y el nivel de CO2, lo que es esencial para el metabolismo y la fotosíntesis de las plantas. Un ambiente bien ventilado ayuda a prevenir problemas como el moho y los hongos, que pueden arruinar rápidamente una cosecha.

Además del control climático, los extractores también desempeñan un papel vital en la eliminación de olores no deseados. Durante la fase de floración, las plantas de cannabis liberan intensos aromas que pueden ser detectados fácilmente. Para mantener la discreción y evitar problemas legales o de vecindario, es fundamental contar con un sistema de extracción de aire eficiente que elimine los olores característicos del cultivo de cannabis.

  • Prevención de plagas y enfermedades: El cultivo indoor de cannabis proporciona un ambiente protegido, pero también puede favorecer la proliferación de plagas y enfermedades. Un extractor de aire adecuado puede ayudar a prevenir estos problemas al mantener un flujo de aire constante que dificulta la entrada y el establecimiento de insectos y patógenos. Además, la extracción adecuada del aire ayuda a mantener los niveles de humedad en un rango óptimo, lo que reduce las condiciones propicias para el desarrollo de enfermedades fúngicas y bacterianas.
  • Fortalecimiento de los tallos y aumento de la producción: La utilización de extractores de aire en el cultivo indoor de cannabis no solo beneficia el entorno de crecimiento, sino que también tiene un impacto directo en el desarrollo de las plantas. El flujo de aire generado por los extractores fortalece los tallos de las plantas, ayudando a prevenir problemas como el síndrome del tallo débil y asegurando una estructura sólida para soportar los cogollos en crecimiento.

Además, un buen sistema de extracción también puede aumentar la producción de cannabis. Al proporcionar una renovación constante del aire, los extractores ayudan a las plantas a recibir una mayor cantidad de CO2 y nutrientes, lo que se traduce en un crecimiento más vigoroso y una mayor producción de flores.

PPFD: que significa y como se mide

PPFD es la abreviatura de “densidad de flujo de fotones fotosintéticos” (μmol/s.m²) utilizado profesionalmente en la iluminación para el cultivo.

El término PPFD tiene su significado en la cantidad de luz que realmente llega a las plantas dentro de la región PAR para contribuir a la fotosíntesis o la cantidad de fotones fotosintéticamente activos que caen sobre una superficie determinada cada segundo.

Por lo tanto, es importante que tu luminaria LED disponga de plugin para realizar un estudio lumínico que te aporte los niveles de PPFD necesarios para tu cultivo interior o exterior.

La luz útil para el cultivo

A continuación, veremos varios conceptos muy interesantes que sirven para evaluar la utilidad de una fuente de luz para el cultivo, tanto la que emiten las lámparas como la que reciben las plantas, en cada momento y a lo largo de todo el día.

PAR: La luz que las plantas pueden usar para hacer la fotosíntesis se denomina PAR (radiación fotosintéticamente activa) y, aunque coincide bastante con el rango de luz visible para nosotros, el que va de 400 a 700 nanómetros no es exactamente igual. Todos los fotones producidos dentro de este rango pueden ser absorbidos por la planta y contribuir a la fotosíntesis, aunque no todas las longitudes de onda tienen la misma probabilidad de ser absorbidas.

PPF: Flujo de fotones fotosintéticos. El PPF mide la cantidad de luz PAR que produce una lámpara por segundo. La unidad de medida PPF es micromoles por segundo (μmol/s). El PPF es el equivalente a los lúmenes pero en luz PAR, es un número concreto que se refiere a cuantos fotones de luz PAR emite la lámpara.

PPFD: Densidad de flujo de fotones fotosintéticos, es el equivalente al lux, pero en radiación PAR. La PPFD mide la cantidad de luz PAR que llega a las plantas, es decir la cantidad de fotones fotosintéticamente activos que caen en una determinada superficie cada segundo. Al igual que sucede con los lux, depende de la lámpara, pero también de la distancia a las plantas, del reflector o de la capacidad de reflexión de las paredes. La PPFD se mide en distintos puntos de la copa de las plantas y la unidad de medida es micromoles por metro cuadrado por segundo (μmol/m2/s).

Sirve para conocer la auténtica densidad de fotones PAR que reciben las plantas y es el dato más útil para el cultivador. Básicamente se calcula dividiendo el PPF por el área en metros cuadrados. Por ejemplo, una lámpara APS de 600 W, da unos 90.000 lúmenes que equivalen a un PAR de 1100 μmol/s y sirve para iluminar aproximadamente 1,5 m2 (la superficie habitual es 1,2×1,2 m), por tanto, la PPF es 1100 μmol/s, que da una PPFD de 732 μmol/m2/s.

Recomendaciones en interior

Cuanto más alta es la cantidad de luz disponible más sanas deben estar las plantas para aprovecharla. Por eso, los cultivadores principiantes suelen obtener mejores resultados con niveles medios o altos, pero no muy altos, manteniendo las lámparas algo más alejadas de las plantas. Conforme ganan experiencia y son capaces de cuidar mejor el cultivo pueden ir acercando las lámparas para disponer de mayor PPFD.

Valores generales de PPFD recomendados para las distintas fases del cultivo (en μmol/m2/s)

  • Enraizamiento clones 100-200
  • Crecimiento 300-500
  • Floración 400-900

En floración, se obtienen buenos resultados a partir de 400 μmol/m2/s y la calidad y la producción sube sin problemas hasta los 800-1000 μmol/m2/s. Al elevar la cantidad de luz hasta el punto de saturación (1500 μmol/m2/s) la cosecha sube pero la eficiencia baja. Lo más eficiente en gramos por μmol es usar unos 800 μmol/m2/s aunque el número exacto depende de varios factores: genética, tipo de cultivo, temperatura, ventilación, etc. El reparto de la luz es muy importante, es mucho más efectivo tener una PPFD media-alta en toda la planta que muy alta en la copa y muy baja en la base.

Microorganismos en el sustrato

Los microorganismos están en todas partes: en el aire, en el agua, en las plantas y en el suelo. Pueden permanecer latentes durante largos períodos y en diferentes formas: esporas, mitocondrias (órgano de membrana cerrada que se encuentra en las células de la mayoría de los organismos) o hifas, y pueden llegar a vivir durante muchos años en una paleta de huéspedes muy variada. Si bien la mayoría de la gente piensa que, por definición, los microorganismos son perjudiciales, la vida, tal como se conoce, no sería posible si faltasen estas minúsculas formas de vida. En este artículo te explicamos cómo la presencia de microorganismos en el medio de cultivo influye en el crecimiento de las plantas.

Por Tanja Roovers, CANNA Research

Los microorganismos comprenden una amplia gama de especies, entre ellas, bacterias, protozoos, algas y hongos. La mayoría de estos microorganismos puede multiplicarse rápidamente si las circunstancias le son favorables, y pueden ejercer una gran influencia, tanto de manera positiva como negativa, en el desarrollo de las plantas que se cultivan en sustratos. El tipo de microorganismos que encontramos en un determinado sustrato depende de un número de factores tales como el clima, las propiedades del sustrato, las diferentes especies de plantas y otros microorganismos presentes igualmente en el sustrato.

Turba, fibra de coco, lana de roca y perlita

Uno de los factores más importantes que influyen en la vida de los microorganismos es el tipo de medio de crecimiento en el que se encuentran. Las principales diferencias se manifiestan entre los sustratos orgánicos, como la fibra de coco, la tuba o la tierra, y los sustratos inorgánicos, como las bolas de arcilla, la perlita o la lana de roca. Los microorganismos con una capacidad saprofítica alta (es decir, que se alimentan de materia orgánica muerta) se desarrollan mejor en sustratos que contienen materia orgánica, como la turba o el sustrato reutilizado. No obstante, las hojas muertas que se depositan sobre la superficie del sustrato o las plantas infectadas con partes necróticas, también contribuyen a su desarrollo.

La cantidad de oxígeno que contiene el sustrato determina si los microorganimos que van a desarrollarse en él son aerobios o anaerobios. La mayoría de las plantas necesita oxígeno en la raíz, por lo que normalmente encontraremos microorganimos aerobios. Las plantas cultivadas en sustratos con muy poco oxígeno son, por lo general, más débiles y son los microorganismos patógenos anaerobios los que se benefician de ello.

Todos los microorganismos tienen una temperatura óptima de crecimiento, por lo que la temperatura del sustrato y de la raíz influirán en la microflora circundante. La temperatura promedio, así como el rango de temperatura (noches frías o un día soleado de verano) determinan cuáles microorganismos pueden sobrevivir, lo mismo que el rango y la frecuencia de las fluctuaciones de temperatura.

Microorganismos en el sustrato
Proliferación de hongos en tomate cultivado en cubos de lana de roca.

Al igual que las plantas, la mayoría de los microorganismos prefiere un nivel de acidez entre pH 5,5 y 5,8. Niveles de pH altos o bajos, lo mismo que las fluctuaciones de pH, pueden perturbar el desarrollo de la microflora. Sin embargo, algunos microorganismos son capaces de crecer, e incluso proliferar, en condiciones extremas. La salinidad o el nivel de electroconductividad (EC) en el sustrato afecta igualmente la proliferación de microorganismos, lo mismo que el tipo y la composición de las sales contenidas en el sustrato. Esto resulta especialmente cierto en sales tales como el cloruro de potasio, capaz de cambiar la rizosfera de la planta y con ello las clases de microvida que pueblan la zona radicular.

En sustratos inorgánicos como la lana de roca, las bolas de arcilla o la perlita, la mayor parte de la microvida es compatible con el agua. Estos microorganismos se introducen a través de los sistemas de riego, el aire o las plantas, y sobreviven siempre y cuando el nivel de humedad sea lo suficientemente alto, incluso cuando solo hay pequeñas bolsas de humedad. Al igual que los microorganismos que se transmiten a través del suelo, estos también pueden ser de tipo benéfico o de tipo patógeno.

Otro aspecto que impacta sustancialmente la microvida en el medio de crecimiento es la presencia de pesticidas, ya que pueden acumularse en el sustrato o en el suelo cuando se usan por períodos de tiempo prolongados. Dependiendo de la clase de pesticida –tanto herbicidas como insecticidas, fungicidas o bactericidas– así influirá en la composición de la microvida presente en el sustrato.

Una cosa de la que podemos estar seguros es que los microorganismos tienen la capacidad de adaptarse a una gran variedad de circunstancias. Un ejemplo bien conocido es la resistencia de algunas bacterias a los antibióticos; si bien se trata solo de un cambio fraccional en su material genético, el efecto sobre la resistencia puede llegar a cobrar gran importancia.

Los beneficios de los microorganismos

La presencia de microorganismos puede tener tanto un impacto positivo como negativo, por lo tanto, no es necesario o deseable que se eliminen todos los microorganismos. La capacidad que tiene la cosecha para defenderse contra las infecciones depende, en gran medida (más no exclusivamente), de la presencia de microvida en el sustrato. Es difícil cuantificar este beneficio, ya que la microvida depende de numerosos factores. La capacidad de defensa se refiere a la actividad microbiana, la diversidad de grupos de actinomicetos (bacterias filamentosas), su población total y el porcentaje de degradación de celulosa por actinomicetos.

Si hay un buen balance de microvida en el sustrato, probablemente habrá menos necesidad de usar pesticidas o medidas como la esterilización del sustrato mediante vapor, lo que ayuda a reducir los costes. No solo cada vez son menos los pesticidas cuyo uso está permitido en la horticultura y en otras aplicaciones, sino que, además, son de alto costo. Por otra parte, en un sustrato estéril, los microorganismos más oportunistas se encontrarán con un espacio libre, sin competidores, y por lo tanto tendrán acceso ilimitado al espacio y a los nutrientes. Estos primeros “colonizadores oportunistas” no necesariamente son beneficiosos para el cultivo plantado en el sustrato. Es más prudente usar la microvida adecuada desde el principio para obtener un cultivo sano y de buen rendimiento. Los microorganismos pueden utilizarse incluso para mejorar la calidad de los sustratos reutilizados, en los que algunas bacterias realmente producen enzimas con capacidad de descomponer las sales acumuladas.

Microorganismos en el sustrato
Infección radicular por Pythium en tomate cultivado en fibra de coco

Las sustancias exudadas a través del sistema radicular como los azúcares, los aminoácidos y los fenoles están en capacidad de atraer o de repeler microorganismos. La posición de cada especie en el escenario de la competencia constante entre las bacterias puede influir en estas exudaciones radiculares. Las plantas se aprovechan de esta situación exudando sustancias que atraigan organismos benéficos, estableciendo una simbiosis con un microorganismo en particular. Un buen ejemplo de ello es la presencia de bacterias simbióticas en los nódulos radiculares de las plantas leguminosas, como los guisantes o las judías, que convierten el nitrógeno de la atmósfera en una forma que puede ser asimilada y utilizada por la planta.

Otra posibilidad es la introducción de ciertos organismos benéficos con el fin de eliminar los patógenos. Algunas clases de microorganismos no son muy competitivas y les cuesta trabajo colonizar sustratos que ya están siendo ocupados por otros microorganismos. Este puede ser un mecanismo para eliminar microorganismos patógenos. Mediante la introducción de microorganismos facultativos como los hongos micorriza o trichoderma en un sustrato limpio, se hace menos atractivo el medio de crecimiento para los microorganismos patógenos, protegiendo así la planta contra las infecciones.

Los microbios benéficos compiten con los patógenos por los nutrientes o la glucosa, y algunos antagonistas tienen su propio método para ganar ventaja. La bacteria seudomona fluorescente, por ejemplo, puede producir proteínas que transforman el hierro (Fe) ligeramente soluble en quelatos de hierro, de una mayor facilidad de absorción. Esto, a su vez, priva a los hongos del género fusarium del hierro que requieren para crecer, inhibiendo su desarrollo. La competencia por la glucosa también puede causar microbiostasis, lo que significa que las esporas del hongo patógeno en cuestión germinan mucho más lentamente debido a la falta de energía que obtienen a partir de la glucosa.

Los microorganismos antagonistas también están en capacidad de bloquear uno o más estados del ciclo de propagación de los patógenos. La especie de seudomonas P. Stutzeri, por ejemplo, interrumpe la formación de conidia (esporas asexuales de diferentes clases de hongos) y la formación y germinación de clamidoesporas (esporas latentes de pared gruesa en diferentes clases de hongos), pero no tiene ningún efecto en el crecimiento micelial (los cordones son capaces de transportar nutrientes sobre largas distancias). Las seudomonas también pueden producir antibióticos, lo cual puede ser otra táctica para eliminar los patógenos, mientras que otros microorganismos producen enzimas que atacan las paredes celulares de las especies competidoras. Los antagonistas que producen enzimas quitinolíticas tienen la capacidad de actuar contra los hongos patógenos. Se ha encontrado también que muchos organismos antagónicos o especies estrechamente relacionadas pueden cooperar para combatir un patógeno. Otros antagonistas simplemente agobian el microorganismo patógeno multiplicándose más rápidamente, privando así a la competencia de todo recursos y, por lo tanto, de cualquier posibilidad de sobrevivir.

Microorganismos en el sustrato
Desarrollo de algas en cubos de lana de roca.

Microorganismos patógenos o dañinos

La microvida en el sustrato también se manifiesta en forma de patógenos compatibles con la tierra o con el agua. Algunos de ellos pueden atacar a más de ochenta especies de plantas diferentes y su capacidad de recuperación significa que pueden ser muy importantes. Existen muchos microorganismos dañinos diferentes, lo que da lugar a una serie de infecciones y síntomas (pudrición de la fruta, decoloración y necrosis, por citar solo tres ejemplos) muy variados.

Algunos patógenos producen microtoxinas que pueden atacar la planta o la microvida en el sustrato. Los patógenos pueden ganar ventaja sobre otros microorganismos si son capaces de germinar más rápidamente y de mantenerse latentes por un período mayor cuando las condiciones no son óptimas. Las especies patógenas y no patógenas pueden estar muy estrechamente relacionadas, lo que dificulta el uso de antagonistas u otras medidas. Los patógenos pueden defenderse cuando se ven atacados por los antagonistas, ejemplo de ello es el fusarium que puede producir el ácido fusárico, el cual afecta las células de la planta y también puede inhibir la producción de antibióticos de seudomonas (esto fue descubierto durante una investigación en la Universidad de Wageningen en los Países Bajos).

Equilibrar los microorganismos

La mayoría de las infecciones por patógenos son, de hecho, y para empezar, el resultado de una planta débil. Las plantas sanas son resistentes y están en capacidad de responder a las infecciones producidas por microorganismos. Siempre y cuando la respuesta de la planta sea rápida y suficientemente fuerte, será capaz de superar la infección. Por lo tanto, asegurar que el clima y las condiciones del suelo son óptimas para el cultivo es aún más importante que contar con condiciones de crecimiento óptimas para los microorganimos (benéficos).

Lograr un buen balance de microorganismos en el sustrato durante un período de tiempo prolongado es un aspecto vital, no obstante, a veces el ciclo de crecimiento de una planta es demasiado corto para alcanzar este equilibrio. Inocular el sustrato con antagonistas es una posibilidad y, aunque los resultados no siempre son consistentes, en algunas ocasiones puede llegar a tener un efecto muy positivo sobre el crecimiento y la salud de la planta. En algunos casos, los resultados son comparables con el efecto de usar productos químicos tales como fungicidas, aunque puede que estos resultados no se manifiesten durante todo el período de crecimiento.

Los microorganismos presentes en el sustrato pueden resultar de gran ayuda en la inhibición de enfermedades en la planta, por lo que actualmente se están llevando a cabo múltiples investigaciones en esta área de la horticultura. Aunque esta tecnología aún no ha cobrado una presencia importante, las investigaciones realizadas por el Instituto Louis Bolk en los Países Bajos han demostrado que introducir microorganismos benéficos o añadir compostaje para incrementar la cantidad de microvida puede tener un gran efecto en el rendimiento de la cosecha.

6 razones para utilizar Luces LED en tu cultivo indoor

1 * Las luces LED se destacan por dos factores: su bajo consumo eléctrico y su baja emisión de temperatura.

2 * Bajo consumo: las luminaria LED consumen aproximadamente un 60% menos respecto a las luminarias tradicionales, por lo que se pueden considerar más eficientes. El ahorro energético se verá reflejado desde el comienzo del cultivo.

3 * Baja emisión de calor: esta es quizás la mayor ventaja de las luces LED, que a diferencia de las luces de sodio o las LEC, son frías. Esto significa que:

4 * Podés instalar un indoor relativamente sencillo que no requiera un alto consumo eléctrico ni demasiada infraestructura, como la instalación de sistemas de refrigeración (y el gasto energético que estos conllevan). Podés cultivar adentro aún en un espacio reducido, e incluso en verano, en condiciones en las que un foco de sodio levantaría incontrolablemente la temperatura.

5 * A su vez esto conlleva a tener menor necesidad de riego y fertilizantes: al emitir menos calor, el sustrato tardará más en secarse y permanecerá húmedo, por lo que la frecuencia de riego debe ser menor para no ahogar a las plantas. De la misma forma, tampoco será necesario aplicar la misma cantidad de nutrientes que con otros sistemas de iluminación, lo que supone otro claro ahorro económico a la hora de adquirir abonos, aditivos y estimuladores.

6 * Además las luces LED tienen mayor vida útil: mientras que las bombillas tradicionales de sodio suelen durar de 2 a 4 cultivos de unos 3 meses de duración, las luminarias LED pueden alcanzar hasta 11 años de actividad.

Fusarium. Hongo del Suelo.

por CANNA Research

Fusarium es un extenso género de hongo del suelo que habita muchos lugares del mundo. La mayoría de las especies son inofensivos saprofitos relativamente abundantes en la comunidad microbiana del suelo. Sin embargo, algunas especies de Fusarium son económicamente significativas debido al devastador impacto que pueden tener en las cosechas.

La mayoría de estas especies de hongos, han sido divididas en grupos de acuerdo con el tipo de enfermedad que causan. Las más famosas son: Fusarium del cáncer del tallo, Fusarium de la putrefacción de la raíz y Fusarium del marchitamiento vascular.

Aprender a distinguir los síntomas de la enfermedad en una etapa temprana es la práctica más efectiva para prevenir la expansión de Fusarium. Además, la desinfección del suelo y el uso de fungicidas químicos, la rotación de la cosecha o el uso de variedades resistentes, son las mejores prácticas culturales, biológicas y químicas para controlar y limitar enfermedades Fusarium.

Te invitamos a leer más sobre esta plaga ingresando a la web oficial de CANNA.

Oídio y mildiu. La pesadilla de las hojas.

Según se expande, las hojas comienzan a rizarse, presentando necrosis y desembocando en la caída de estas. Las partes del micelio que contienen las esporas de los hongos salen por el estoma de la planta. El mildiu es reconocible a plena luz del día por el color grisáceo o amoratado que muestra el envés de las hojas.

¿Qué son el oídio y el mildiu? Los términos oídio y mildiu hacen referencia a un grupo de hongos fitopatógenos causantes de enfermedades en las plantas y que muestran síntomas similares.

¿Cómo detectarlos? El oídio suele encontrarse en el haz de la hoja, aunque no siempre ocurra así. El aspecto que ofrece la hoja es como si estuviese cubierta de polvo.

¿Qué puedes hacer? Para evitar la aparición y crecimiento de estos hongos, mantén un nivel bajo de humedad y una zona de cultivo limpia.

Te invitamos a leer más sobre este hongo ingresando a la web oficial de CANNA.

Botrytis cinerea

La botrytis (conocido también como moho gris o podredumbre gris) ataca a las plantas débiles o las flores moribundas. De hecho, ayuda al proceso de reciclado de las plantas favoreciendo su descomposición y, por lo tanto, la disponibilidad de sus nutrientes en el sustrato, jugando así un papel vital en el ciclo de crecimiento natural. A pesar de ello, cuando la botrytis ataca las cosechas, ¡se convierte en una plaga!

¿Qué es la Botrytis?Botrytis cinerea es un hongo necrotrófico, lo que significa que mata a su anfitrión con el fin de obtener todos los nutrientes que necesita.

¿Cómo detectarlo?El tejido en el que se desarrolla se oscurece y, en ocasiones, se reblandece debido a la muerte de las células anfitrionas. Con el paso del tiempo aparecerá una capa de moho gris peludo sobre esas zonas.

¿Qué puedes hacer?No debes permitir que la zona infectada de la planta entre en contacto con otras plantas.

Te invitamos a leer más sobre esta plaga ingresando a la web oficial de CANNA.

Mosca blanca.

Las dos especies de mosca blanca que afectan a numerosas cosechas son la Bemisia tabaci o mosca blanca del tabaco y la Trialeurodes vaporariorum o mosca banca del invernadero. La diferencia morfológica principal entre estos dos insectos es la posición de sus alas: las alas de la B. tabaci se colocan paralelas a su cuerpo, mientras que las de la T. vaporariorum estarán en posición paralela a la superficie de la hoja. Además, tanto el adulto como la pupa de la T. vaporariorum suelen tener una mayor cantidad de polvo céreo que la B. tabaci.

Breves notas sobre la plaga

¿Qué es la mosca blanca? La mosca blanca es un insecto hemíptero que pertenece a la familia de los aleuródidos. Pueden causar daños considerables y pérdidas en la producción.

¿Cómo detectarla? Algunas zonas de la hoja comenzarán a decolorarse, que es donde estos insectos habrán estado alimentándose.

¿Qué puedes hacer? Uno de los principales objetivos en el control de la mosca blanca es evitar que la cosecha se vea infectada por alguno de los virus que estos insectos puedan transportar.

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Ácaros tetraníquidos. Mejor conocidos como arañas rojas.

Los ácaros tetraníquidos afectan a muchas cosechas a nivel mundial. Hay más de 1200 especies de ácaros tetraníquidos, de las cuales más de cien pueden ser consideradas una plaga y alrededor de diez como plagas importantes. El tetraníquido más conocido y problemático es el Tetranychus urticae (conocido también como “araña roja” o “ácaro de dos puntos”); su capacidad para reproducirse extremadamente rápido le permite causar enormes daños en un corto periodo de tiempo.

Los tetraníquidos tienen una especie de agujas succionadoras en la boca y se alimentan penetrando con ellas el tejido de la planta. Una población numerosa de estos ácaros puede llegar a cubrir plantas enteras con sus telarañas, las cuales les sirven para moverse de un punto a otro de la planta. Debido a su reducido tamaño tienen gran facilidad para moverse a través de cualquier hueco.

Breves notas sobre la plaga

¿Qué son los ácaros tetraníquidos? Los ácaros tetraníquidos no son insectos, sino que tienen una relación más cercana con las arañas, y pertenecen a la clase Arachnida.

¿Cómo detectarlos? Este tipo de ácaros suelen tejer telarañas, y cuando infectan las hojas de la planta producen daños al tejido, dando lugar a la aparición de manchas amarillas y zonas muertas hasta acabar cubriéndolas en su totalidad. Cuando esto ocurre, la hoja se vuelve amarilla, se marchita y se cae. Existe una variedad de ácaros que no tejen telarañas y viven en las yemas apicales de la planta, donde el daño no puede ser detectado hasta que la punta se expande.

¿Qué puedes hacer? Los tetraníquidos tienen varios enemigos naturales que pueden servir para mantener el control de su población.

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